La aldea de Montenegro se convierte cada año en lugar de peregrinación, tanto de los vecinos de los pueblos colindantes (Mecina Bombarón, Yegen, Yátor, etc.), como de numerosas personas que quieren disfrutar de un día festivo y primaveral, en un entorno y un ambiente inigualable, donde el paisaje, el entorno y la buena vecindad hacen que la romería en torno a la ermita no deje a nadie indiferente.